Lo que suele ocurrir cuando dejas que la comunicación de algo nuevo caiga en manos de indocumentados es que generalmente se convierte en una especie de drama homérico en el que, además, la falta de información, de datos, de formación y de rigor es apabullante.
Hasta hace menos de un mes la manera de comunicar sobre los juegos nft llevaba siempre por delante las X o las Gemas: todo el monte era orégano. Pero llegó el invierno.
Ahora, lo que mola, lo que hace que tu canal de YouTube suba audiencia, lo que se lleva, lo que hace que cambies tu nombre y te metas en los juegos nft cuando hace dos meses te reías de ellos, es todo lo contrario, es tirar mierda: todo es scam según los nuevos comunicadores.
No es algo nuevo
Obviamente no es algo nuevo. Los que se atribuyen como gran logro de la humanidad, probablemente después del fuego y la rueda, el acusar a uno u otro proyecto de scam y basar sus canales o directos exclusivamente en ese tipo de contenido, no dejan de ser parte (bastante repugnante) de lo que sobra en este mercado que está naciendo.
Y ojo, no se trata de negar las estafas (que las hay y muchas), las malas prácticas por parte de desarrolladores (que las hay y muchas), e incluso la falta de sostenibilidad de muchos proyectos. Todo eso existe, y todo eso se puede reflejar en tu información. Pero, lo que no parece de recibo es que, aprovechando que aquel río pasa por aquella ciudad, quieras construir la base de tu forma de comunicar en la miseria, las pérdidas y en muchos casos, por qué no decirlo, el dolor de muchas personas.
A mí, lo siento, la carroña me parece carroña tanto cuando promete que vas a ganar 10.000€ sabiendo que es imposible, como cuando lo que busca es aprovechar el miedo, dolor y escaso conocimiento financiero de la mayoría de personas (y de los propios comunicadores no nos llamemos a engaño).
¿Pero a quién creemos entonces en los juegos nft?
A nadie. No es necesario creer a nadie. La información existe para contrastarla, esto tiene que ser una constante a la hora de tomar decisiones. Si quieres creer, porque alguien te lo dice, que te vas hacer rico en un juego, tienes un problema: si quieres creer, porque alguien te lo dice en un video, que todo es una estafa, tienes otro problema.
Realmente se trata de buscar el equilibrio. Y claro, todos buscamos el reclamo, el cebo, el click bait, pero hay formas y formas.
Llama la atención la proliferación de supuestos expertos en contratos, billeteras y seguimiento, que lanzan videos de los que se tienen que desdecir (cuando lo hacen) 10 minutos después.
Llama la atención gente que no hace ni dos meses se reían de la economía nft, pero, cambian los nombres de sus canales y los transforman en, oh maravilla, los más comprometidos con esta economía, y, por supuesto, apoyan aquellos juegos con los que (vamos a ser buenos) se llevan bien, pero su eje central es hablar de aquellos juegos con los que se llevan mal, vamos, que no les hacen casito.
No creas a nadie. Todos miramos por nuestro interés y lo único que se puede barajar es la ética con la que te presentan las cosas. Tu elección es simple, qué tipo de información quieres tener y cómo la vas a utilizar.
¿Por qué ocurre todo esto?
Pues realmente es duro decirlo, pero ocurre porque es lo que la media de usuario busca. Cuando los juegos nft iban bien el usuario lo que buscaba eran videos o contenidos que le hicieran pensar que se iba hacer rico.
Con los problemas surgidos en los pasados meses, en los que está pareciendo que invertir en juegos nft es de locos, lo que el usuario medio busca es ratificarse en que todo es una mierda. Y claro, hay gente para todo dispuesta a cubrir cualquier tipo de demanda.
El problema está en cómo volverá a derivar esta gente (porque lo hará no tengas dudas), cuando el mercado vuelva a estabilizarse. Lo veremos, y probablemente, al menos en nuestra intimidad, nos haremos unas buenas risas.
Mientras tanto, seguiremos tratando de buscar ideas y proyectos y equivocarnos lo menos posible: esto es lo que ocurre cuando se está creando una nueva economía.